Dejando de lado el detalle sobre cómo se produce la electricidad con paneles solares, también es importante mencionar que existen diferentes tipos paneles con distintas tecnologías. Por si no lo sabías, el silicio es el elemento fotosensible predominante en la tecnología actual, gracias a que este puede producir mayor electricidad que otros componentes. Sin embargo, se están empleando nuevas tecnologías en la producción de celdas fotovoltaicas, para que así sean mucho más eficientes y a menor costo.
Los paneles solares se forman con grupos de celdas fotovoltaicas. Estas celdas, las cuales son de diferentes tecnologías según el tipo de panel, se conectan en serie para conseguir una tensión de salida de un valor deseado y a su vez son conectadas en varias ramas en paralelo para aumentar la corriente.
Si hablamos de las propias células, solo ha habido un cambio para tener en cuenta a través del tiempo. Durante la década de 1990, las células de poli-silicio se hicieron cada vez más conocidas. Estas ofrecen menos eficiencia que las de mono-silicio, pero se generan en grandes cantidades que reducen en gran medida el coste de la producción.
En 1990 y principios de 2000 se incorporan células de 5 pulgadas, y desde el año 2008 la mayoría de los paneles usan células de 6 pulgadas. La explicación a esto se basa en el uso inicial de esta tecnología, el cual se produjo de forma más general en aplicaciones espaciales. Su relación potencia-peso era mayor que la de cualquier otra. El mercado aeroespacial estaba dispuesto a pagar cualquier tecnología para contar con las mejores células, por lo que no había ninguna razón para invertir en soluciones de menor costo si no eran eficientes.
Siguiendo en la misma línea, en el mercado actual se pueden encontrar tres tipos de paneles fotovoltaicos:
Monocristalinos: los paneles monocristalinos tienen una eficiencia mayor que los policristalinos. Su rendimiento de laboratorio es cercano al 14% y su rendimiento comercial oscila entre el 17% y el 20%. Esto es importante cuando no contamos con mucha superficie para instalar paneles solares, ya que así podemos conseguir mayor potencia con el mismo espacio. Su vida útil es mayor que la de los paneles Policristalinos y funcionan de mejor manera con radiación difusa. Además, su valor es mayor por las características mencionadas.
Policristalinos: los paneles Policristalinos tienen un rendimiento de laboratorio cercano al 19% y su rendimiento comercial oscila entre el 13% y el 15%. A pesar de tener un rendimiento menor, estos paneles tienen un menor valor que los monocristalinos, pero cuentan con un mejor comportamiento frente a las altas temperaturas, por lo que bajo estas condiciones generan mayor energía que los otros tipos de paneles.
Capa fina: estos paneles generalmente tienen un rendimiento de laboratorio cercano al 13% y su rendimiento comercial oscila entre el 7% y el 9%. Se crearon básicamente para disminuir los costos de producción y poder escapar de la posible escasez de silicio, logrando empezar a investigar en celdas de otros materiales. Su principal ventaja, es que a pesar de necesitar mayor espacio para generar la misma energía que los paneles policristalinos y monocristalinos, su valor es menor. Además, se comportan de buena manera frente a temperaturas altas y su aspecto físico es bastante atractivo, por lo que es utilizada en aplicaciones para arquitectura.
Si hablamos de eficiencia en los paneles fotovoltaicos, los paneles monocristalinos son los indicados, luego los paneles policristalinos y, por último, los de capa fina. Cuando inviertes en un sistema solar, a diferencia de otras tecnologías, solo con los monocristalinos o policristalinos obtienes la certeza de que su producción no bajará del 80% durante los primeros 25 años. En EnerLife, te aseguramos un proyecto de alta calidad, puesto que ¡todas nuestras instalaciones están hechas con paneles monocristalinos! Te aseguramos eficiencia, calidad y garantía por años.